Día 4: San Francisco

Hoy por fin el despertador sonaba a una hora más normal, las 7’45; tras las duchas, bajamos a desayunar (lo teníamos incluido), y sobre las 9’15 nos pusimos en marcha.

Comenzamos con el Cable car Powell/Hyde, en el inicio de la línea, cruce Hyde Street con Beach Street, nos pillaba a unos 10 minutos andando; poco antes compramos el billete desde el móvil (13 $ todo el día), previamente en casa nos habíamos descargado en el móvil la app MUNIMOVILE, y nos habíamos registrado. Uno de los empleados nos activó los billetes antes de salir, y muy amablemente nos indicó que nos cambiáramos de parte, que la izquierda tenía mejores vistas; hicimos la línea entera hasta Powell Street con Market Street. Una gozada lo tranquilo que iba el tranvía a esas horas. Me encanta el tranvía.













Para la mañana de hoy habíamos reservado San Francisco Free Walking Tour in Spanish, la cita era en Union Square a las 10’30 y el tour tenía una duración de 2’15 horas, nuestro guía se llamaba Jose, un mejicano, que nos hizo muy amena la visita.

Comenzamos por MAIDEN LANE, una bonita calle (cerrada al tráfico de 11 de la mañana a 6 de la tarde), que antiguamente era el centro del barrio rojo de la ciudad (entonces llamada Morton Street), pero tras un terremoto en 1906 que arrasó gran parte de la ciudad, esta zona quedó destruida. A mitad del siglo XIX los marineros se referían a esta zona como Barbary Coast, eran el barrio bajo de la ciudad, donde se refugiaban, ladrones, vagabundos, prostitutas, asesinos; aquí se encontraban también los fumaderos de opio. No era inusual que las camareras pusieran drogas en las bebidas de los clientes, para robarles más fácilmente.



Continuamos por CHINATOWN, creado a mitad del siglo XIX es el barrio chino más antiguo en América del Norte, y la comunidad china más grande fuera de Asia. Tiene dos vías principales, Grant Avenue (donde se encuentra la Puerta del Dragón) en la que se encuentran tiendas, restaurantes y pequeños centros comerciales; y Stockton Street menos frecuentada por turistas, con sus productos, mercados de pescado, tiendas y restaurantes. Como curiosidad, Bruce Lee nació en Chinatown.




















Portsmouth Square es uno de los pocos espacios abiertos en Chinatown, se puede ver gente practicando Tai Chi o a ancianos jugando al ajedrez chino; aquí se encuentra una réplica de la Estatua de la Democracia, que fue una estatua provisional erigida por estudiantes chinos durante las Protestas de la Plaza de Tian'anmen de 1989.

Enlazamos con el DISTRITO FINANCIERO, donde nos enteramos de una curiosa historia que no teníamos ni idea. Esta zona se llamaba Yerba Buena Cove, y hasta aquí llegaron muchos barcos durante la fiebre del oro en 1848, era tal la cantidad de barcos que llegaron (se calcula que más de 500), que se congestionó el puerto; como la ciudad necesitaba tierra y la mayor parte ya estaba construida, comenzaron a vender parcelas de agua. Muchos de los barcos varados aquí nunca volvieron a navegar, y fueron encallados intencionadamente y convertidos en bares, hoteles y almacenes. Pero en 1851 hubo un incendio masivo, que arrasó casi toda la ciudad y la mayoría de los barcos se hundieron en la bahía; y con el tiempo, San Francisco se construyó sobre ellos.

El edificio más representativo del Distrito Financiero, es la PIRÁMIDE TRANSAMÉRICA, que construida en 1972 es el segundo rascacielo más alto de la ciudad; aunque actualmente en el edificio ya no se encuentra la sede de la Transamérica Corporation, sigue conservando su nombre. Bajo este edificio, se encuentra el casco del ballenero "Niantic", inicialmente se convirtió en oficinas y almacenes; tras el incendio de 1851, quedó destruida la mayor parte de la estructura, y lo que quedó se convirtió en la base del Hotel Niantic, que se mantivo hasta 1872.

Finalizamos la visita en Embarcadero pasada la 1 del mediodía, nos gustó mucho la visita. La verdad que no esperábamos mucho, porque una ciudad cuyos inicios se remontan a 1776 (fundada por colonos españoles), para nosotros los europeos algo más de dos siglos es poca historia; pero Jose contó muchas historias entretenidas y curiosas.

Cogimos un trolebús de la línea F, que es una línea en la que solamente circulan vehículos históricos; y en unas pocas paradas llegamos al Pier 39.



Allí habíamos quedado con Unai (que ayer se quedó en Las Vegas) para comer, elegimos uno con una amplia carta, Wipeout Bar & Grill, el sitio es muy colorido y agradable, y durante la comida tuvimos la oportunidad de conocernos mejor; pedimos para compartir unos nachos y nosotros de plato un combo de frituras y un bowl de pollo, que junto las cervezas salimos por pareja a 80 $.





Decidimos ir al tranvía de nuevo, porque Unai no se había subido todavía, y a nosotros no nos importaba repetir, pero al llegar donde esta mañana (cruce Hyde Street con Beach Street) vimos que el tranvía tenía una avería, esperamos un ratillo, pero como no se arreglaba, continuamos con el plan. De camino vimos el famoso cartel de Fisherman's Wharf.

Pedimos un Uber (12’12 $ propina incluida) para ir a la zona de Union Square a recoger una cosa que necesitaba Unai. Y allí mismo cogimos otro Uber (50’10 $ propina incluida) para ir a la otra parte del Golden Gate (más o menos por la zona de Battery Ridge), para ver el atardecer. Seguimos teniendo mucha suerte con el tiempo, no hacía nada de viento y apenas habían nubes, así que fue una maravilla disfrutar del atardecer, con la vista del Golden Gate, y San Francisco al fondo.















Aprovechamos hasta que se fue la luz y pedimos otro Uber (42’65 $ propina incluida) para regresar a la ciudad, fuimos hasta la zona de Embarcadero, concretamente al cruce Market Street con Drumm Street, para darnos un paseo con el tranvía de la línea Cable Car California, que cruza el distrito Financiero y Chinatown; llegamos hasta el otro extremo de la línea (California Street con Van Ness Avenue). Aunque de noche te pierdes cosas, también merece mucho la pena.







Y desde allí, paseando fuimos hacía la zona Union Square, serían unos 20 minutos y siempre cuesta bajo. Tomamos algo en un bar de deportes que habíamos visto, Golden Gate Tap Room, como estábamos muy bien aquí, decidimos no movernos y quedarnos a cenar; pedimos para compartir unas alitas con diferentes salsas y de plato unos sándwich, que junto las dos rondas de cervezas, salimos por pareja a 69 $. Una buena forma de acabar otro día estupendo en esta ciudad.



Regreso en Uber al hotel (13’68 $ propina incluida) y a descansar, mañana tocaba despedirse de esta ciudad que me tiene enamorada.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario