Día 0: noche previaje en Madrid

El despertador sonó a las 8 de la mañana, algo raro en un día de viaje (normalmente salimos muy pronto), pero más raro todavía fue desayunar tranquilamente.

A las 11 teníamos cita en una Clínica para el test de antígenos (había que realizarlo el día anterior al viaje, no hacía falta que fueran 24 horas antes de la salida del vuelo), nos habíamos cuidado mucho y no habíamos hecho nada de vida social, pero con el COVID la incógnita siempre está ahí; tardaron algo más de lo previsto en darnos los resultados, y finalmente negativos. Ahora sí podíamos decir, ¡NOS VAMOS A LAS VEGAS!. 

Regresamos a casa, cerramos las maletas, y sobre las 12’30 pasó a recogernos nuestro cuñado, al llegar a la estación Joaquín Sorolla, comimos en McDonald's, que no es que nos seduzca mucho, pero con el horario del tren, pensamos que era la mejor opción. Allí conocimos a Vicente, otro integrante del viaje que también era de Valencia. 

El AVE destino Madrid Puerta de Atocha, salió a las 14’10, y tras ponernos al día con el móvil (la gente del grupo estaba camino de Madrid o haciendo maletas), nos echamos una siestecilla, llegando a la estación de Atocha a su hora, las 15’48. 

Tocaba coger un taxi hasta el Travelodge Madrid Alcalá (que era la base para dormir de los que no éramos de Madrid), usamos la aplicación Free Now, pero tras aceptarnos el viaje, nos lo rechazó; así que pedimos en la parada de taxis, que nos buscaran uno grande para ir los cinco juntos (22 €).

Dejamos las maletas y cogimos el metro hasta la Plaza Mayor, dimos una pequeña vuelta y mientras esperábamos la hora de la cena, fuimos a picotear algo al Mercado San Miguel, un lugar muy agradable, donde pasamos un buen rato con unas cervezas (36 € por pareja).

Luego paseando nos fuimos hacia la zona donde íbamos a cenar, pero como nos sobró tiempo, antes nos tomamos unas cañas y sobre las 10 fuimos a Il Regno di Napoli, donde además de cenar, íbamos a conocer parte del grupo; al principio estábamos un poco descolocados, mucha gente nueva y mucho nombre que aprender; la mayoría ya habían compartido viajes, pero nosotros éramos los rookies. La cena muy rica, pero muy lentos, nosotros pedimos pizza, y de postre cannoli, pero mientras algunos habían acabado otros no habían empezado (40 € por pareja). 

Alrededor de la 1 de la madrugada salimos del restaurante, algunos del grupo continuaron la noche, pero nosotros regresamos al hotel. Pedimos un taxi por la aplicación de Free Now y nos rechazó (nosotros vimos como giraba la esquina y se iba hacia el otro lado, y como no nos vio, rápidamente rechazó el viaje); así que tras los dos fiascos con Free Now, cambiamos a Uber.

Al final a dormir casi a las 2; que ilusión mañana después de dos años volvíamos a subir en un avión.

 

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